lunes, 22 de junio de 2009

Reflexiones para compartir

El FMLN , es gobierno no tiene el poder real, si el formal pero es necesario no perder la esencia del porqué de la lucha las reflexiones de José Luis Merino quien recuerda en esta reflexión el verdadero caracter de un militante del fmln, estaremos conociéndolas en una serie de publicaciones esta es la primera leamoslas con objetividad y conciencia crítica.Guillermo
EXPERIENCIA DE LA RELACION PARTIDO, GOBIERNO Y ESTRATEGIAS DE
GOBERNABILIDAD.
MIERCOLES 03 DE JUNIO DE 2009.
Para los revolucionarios la transformación de la sociedad es la razón de ser de
nuestra presencia
José Luis Merino
(Ramiro Vásquez)
El FMLN era un, misterio para nuestros enemigos. Éramos entonces peludos
armados que estábamos en esas montañas de ahí. Salimos un día, después de
firmados los Acuerdos de paz, por primera vez supieron quiénes y cuántos
existíamos y qué significábamos en este país. Y trazaron un plan contra
nosotros. Consistía en atacar aquellos puntos que habían sido esenciales en las
victorias de Vietnam, de China, de Cuba, de Nicaragua. Hasta el día de los
acuerdos de paz, el FMLN, los cinco partidos que lo integramos teníamos
nutrientes ideológicos fuertes y firmes que nos habían permitido construir un
movimiento que forjó una conciencia en miles de hombres y mujeres que
llegamos hasta la disposición de dar la vida por esos sueños. Murieron miles en
este país, torturados, combatiendo y asesinados en sus casas o en las calles;
pero era conciencia, nadie se corría. Todos aceptamos el reto, lo afrontamos y
estaba fundamentado en esa conciencia que nos había formado esa doctrina y
la práctica que, por supuesto, hacían nuestras organizaciones.
El primer eje de ataque contra nosotros fue la ideología, desmontar el
pensamiento revolucionario, desmontar ese cemento que nos había permitido
construir esa fuerza política, esa fuerza ideológica y ese ejercito guerrillero que
tuvo mucho peso y prestigio en América Latina, que enfrentó a los "gringos" que
enfrentó a la oligarquía y que no nos pudieron derrotar. Era fruto de esa solidez,
de esa fuerza que nos generaba la ideología. Nos hicieron renunciar a eso,
desmontamos las escuelas, abandonamos los estudios, la preparación, la
capacitación. El frente se hizo grande, de 15,000 que salimos de la
clandestinidad, de un día para otro éramos 105,000.
En la clandestinidad en los años sesentas y setentas a uno lo mataban en este
país por andar un libro, un folleto, una página de marxismo, cuando ya no nos
perseguían nosotros los abandonamos. Ese había sido un rasgo del movimiento
que había triunfado en el mundo, pero la formación, el pensamiento
revolucionario y la ideología las dejamos de lado. En los frentes andábamos
cruzando las piernas por el peso de la mochila, de los tiros, de los fusiles y
andábamos los libros; había círculos de estudio. Una vez legalizados los
guardamos, fue parte de ese proceso. Nos llevaron incluso a sentir vergüenza
de la ideología que habíamos profesado.
Luego atacaron otro eje fundamental: la organicidad del partido. Esa
capacidad de construir un enorme tejido político y social al interior de la
sociedad. Era un rasgo impresionante del FMLN, de las fuerzas sociales y de las
organizaciones sociales que le dieron sustento a la construcción del partido, de
sus fuerzas y columnas guerrillera. Aquí tuvimos organizaciones sociales
abiertas, como el bloque social revolucionario, cuya estructura era
impresionante, en los cantones y los caseríos solo se les escapaban los gatos y
los patos, todo lo demás estaba organizado; hasta los gallos tenían misiones en
los campamentos guerrilleros.
Pero después, eso lo perdimos, se nos metió en la cabeza que teníamos que ser
un gran partido abierto, porque eso de las células y de los comités de bases
restringía la participación de la gente; que era una secta o una iglesia, todavía
hoy quedan voces que nos lo reclaman y nos lo repiten. Finalmente era un eje
romperle al FMLN la capacidad de construir músculo o fuerza para pelear, nos
debilitamos, nos hicimos "grandototes" pero aguados. Si nos llegaba una
corriente o un viento nos podía derrumbar.
Vino el otro eje de ataque: la disciplina. Decían que esta es saldo del
estalinismo y del militarismo y nos quebraron el sentido de la disciplina. Nos
quebraron el sentido de transformar, vean la organización que fuimos capaces
de desarrollar como un puño de hierro pero perdimos la idea de enraizarnos en
las fuerzas sociales y económicas interesadas en nuestra oferta socialista.
Todavía hoy seguimos enfrentando el saldo de que el desarrollo de nuestra
fuerza partidaria en esas fuerzas sociales sigue retrasado, vamos a enfrentarlo
en los próximos días. Debemos superar eso, pero lo venimos arrastrando, al
contrario del fenómeno de la década de los setentas donde el FMLN, las cinco
organizaciones, teníamos una profunda raíz entre los campesinos, los
trabajadores, entre las capas medias y bajas. Nos desenraizaron y de los
campesinos nuestros solo nos quedamos encimita.
Otro fenómeno es que perdimos la noción de la estrategia. En aquellas
épocas de clandestinidad, de dureza, el más sencillo de nuestros combatientes
de nuestros milicianos tenía bien claro porque andábamos tirando en las lomas,
bien claro: "formar un gobierno democrático revolucionario", ahí concentraban
ellos su pensamiento. Hoy cuesta definir en nuestra gente que entienden por
estrategia.
Ese fenómeno ha estado presente en los últimos años de nuestro partido,
hemos hecho un esfuerzo grande por recuperar la formación ideológica,
tenemos escuelas nacionales, estamos desarrollando las departamentales,
municipales y vamos a construir las regionales. Estamos avanzando un poco en
la recuperación de la estructura orgánica del partido pero seguimos atrasados,
seguimos teniendo saldos negativos. En el tema de la disciplina hemos
mejorado también un poco, puede ser bastante, pero seguimos teniendo
problemas. En los próximos meses y años este partido va a requerir de mucha
disciplina en su fuerza.

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